rutas del vino

Rutas del vinio

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Un placer para los turistas curiosos o amantes del buen beber

Argentina cuenta con un importante legado cultural del vino que hoy forma parte de su identidad como país productor, consumidor y exportador. Más de cuatrocientos años de historia avalan una tradición que combina la esencia del viejo y el nuevo mundo vitivinícola.

En la búsqueda de nuevas experiencias y de viajes con gran valor agregado, el turismo del vino se presenta como una alternativa válida en la Argentina para maridar la belleza del paisaje con los vinos y la gastronomía de cada región. A diferencia de otros países vitivinícolas y debido a su gran extensión territorial, la Argentina propone una Ruta del Vino no lineal, distribuida en hermosos oasis vitivinícolas que se distribuyen, de norte a sur, casi en paralelo a la Cordillera de los Andes.

Desde Salta y Catamarca al norte, hasta Neuquén, Río Negro y Chubut en la Patagonia, pasando por Córdoba en el corazón del país y la región cuyana, productora de vinos por excelencia, con las provincias de Mendoza, San Juan y La Rioja, cada lugar amerita descubrir las bondades que la tierra le atribuye a los caminos del vino. Quienes deseen recorrer los caminos del vino en toda su extensión deberán prever días suficientes para disfrutar del viaje por un territorio tan vasto como fascinante.

Cultura del Vino

Argentina cuenta con un importante legado cultural del vino, que hoy forma parte de su identidad como país productor, consumidor y exportador. El vino forma parte de la mesa de los argentinos y es una bebida noble que se disfruta en cada generación.

Más de 400 años de historia avalan la tradición que combina la esencia del viejo y nuevo mundo vitivinícola. Estos orígenes tienen sus raíces con los primeros colonos que arribaron a estas tierras, trayendo consigo la vid, especialmente para asegurar el vino utilizado en las misas. Durante el siglo IX el desarrollo del vino cobra mayor relevancia con la incorporación de nuevas variedades europeas traídas de la mano de inmigrantes, concentrados mayormente en la zona de Cuyo, por las características del suelo y el clima que fomentaron el buen desarrollo de la vid.

Hoy esta región concentra el 90% de la producción de vino, principalmente la provincia de Mendoza, seguida por San Juan, en materia de volumen. Asimismo, el mapa vitivinícola se distribuye en otras provincias argentinas, todas propicias para el desarrollo de viñedos de calidad gracias a las inmejorables condiciones del terroir argentino.

Además de la aptitud de un suelo semiárido o desértico, óptimo para el crecimiento de la vid, las buenas condiciones climáticas potencian la sanidad de los viñedos, con adecuada insolación y vientos cálido-secos sin influencia marítima; sistema de riego controlado con agua de deshielo de los Andes, junto con otras características que distingue a las regiones vitivinícolas argentinas, tales como la amplitud térmica, que puede oscilar hasta 20° entre el día y la noche, y la altitud de los viñedos, con márgenes que inician en los 300 metros sobre el nivel del mar en partes de la Patagonia, con medias de 800 a 1.200 m. en Cuyo y zonas de gran altura que van de los 1.700 a 2.400 metros en el Norte o alcanzan, incluso, los 3.000 m., lo que posiciona a la Argentina entre los viñedos más altos del mundo.

En estas tierras se elaboran vinos en base a una amplia gama de cepas, pero Argentina cuenta con dos variedades insignias que son portavoz de los vinos hacia el mundo, la Malbec, estrella entre las tintas, y la Torrontés, la reina de las blancas.

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Referencia Texto e Imágenes de: www.argentina.travel

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